Intentó
hacerle un gesto a su esposa pero… no hizo falta. Hacía poco tiempo que había
hecho 70 años que estaban juntos, a sus 87 años no se había arrepentido ni un
momento de aquel día en el que todo empezó entre ellos, luego vinieron los
hijos y después los nietos, benditos hijos y nietos que les habían
proporcionado muchos momentos de alegría. Luego se quedaron solos ellos dos,
como al principio y, realmente consiguieron disfrutar de ellos, ya no había
nadie en medio, solo estaban ellos. Recordaba que hacía muchos años él le había
dicho que le encantaría envejecer junto
a ella…
Sabía que
esto no iba a durar más y la miró a los ojos para intentar decirla todo lo que
no podía con palabras, no sabe si lo consiguió, pero al fijarse en los ojos de
ella sintió un profundo amor hacia él, sintió comprensión, tristeza y una inmensa ternura.
El sintió,
con esa mirada, que todos estos años habían merecido la pena…
Y se fue.
6 comentarios:
¡Caray! se me ha encogido el corazón...
Salu2
Me ha gustado mucho, muy tierno y digno de admiración, ojalá ocurriera... a quién ya sabes...
Juan Carlos, la cosa era dar un pellizquito al menos.
Antonio me encanta que te guste, viniendo de tí no es cualquier cosa.
Es lo que hace la edad, modera pasiones y aviva los cariños.
Un saludo.
Una preciosidad. Me encantan esas calles estrechas y esos viejos faroles. El pueblo conserva todo el sabor. Es como si pudiera contarnos muchas historias.
Buenas noches
Bisous
Que bonito. Se cumplirá!
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