lunes, 1 de agosto de 2016

Dia de playa

Recuerdo que no vi la playa hasta que tuve 14 ó 15 años y, entonces, era toda una aventura, algo distinto a el día de playa del sábado pasado.



Hacía mucho tiempo que no iba a la playa un día de mucha gente, gente seria, cabizbaja, agobiada... unos diciéndoles a las otras: teníamos que haber venido antes, ya hay mucha gente... y otras diciéndoles a los unos: la culpa es tuya si me hubieras hecho caso estaríamos aquí hace un rato pero te empeñas en hacer tonterías...
Hay cosas que cambian y una es el respeto hacia todo y hacia todos; no se respetan las personas ni nada... Toñi pisó una colilla encendida con la consiguiente ampolla en el pies (y mosqueo)...



La gente pone las cosas como si se fueran a quedar a vivir ahí, no se puede pasar entre las sombrillas, esterillas, toallas y demás. Los niños casi no pueden jugar al borde del mar porque hay cientos de personas andando de un lado para otro, sin sentido, con una tremenda cara de cabreo...


Eso sí hay ciertas cosas que no cambian nunca y son las sonrisas de los niños jugando con la arena y saltando las olas, y que no cambie.
Pablo y su primo Alvaro se lo pasaron como... como lo que son niños y ellos y Toñi y yo nos hartamos de reir.

7 comentarios:

Laura dijo...

Que no cambie lo esencial, que cara de felicidad!!! Y cada vez más parecido a ti, o eso me parece a mi. Besos!!!

Laura dijo...

Que no cambie lo esencial, que cara de felicidad!!! Y cada vez más parecido a ti, o eso me parece a mi. Besos!!!

Unknown dijo...

Buen rato, si no hubiese sido por la gentuza de las colillas, serán guarros !!!!

Unknown dijo...

Laura, no me digas que se parece a Flores si es igual que yo!!!! Jajajaj

Unknown dijo...

Laura, no me digas que se parece a Flores si es igual que yo!!!! Jajajaj

MoniRevuelta dijo...

Jo, viva el verano, Flores...Menos mal que esas sonrisas compensan todo lo demás!!! Un fuerte abrazo :)

Holden dijo...

En general parece que la gente se está olvidando de la educación y del civismo a marchas forzadas. Por no hablar del medio ambiente, claro. Menos mal que las sonrisas como estas le hacen a uno olvidar todo lo demás.