Al salir de Jadraque me encuentro a un tipo con un par de mochilas que intenta que me pare haciendo auto stop, no suelo parar pero esta vez... no sé porqué, bueno si lo sé pero esa es otra cuestión.
-¿Donde vas?: A Soria,
-Joder un poco lejos, te puedo llevar unos 30 kilometros
-Te lo agradezco como si fueran 200
-Sube, ¿a que vas a Soria? si no es mucho preguntar...
-Voy a Logroño, mas en concreto a Tudela, tengo allí un amigo que me ha dicho que en las huertas siempre hay algo de trabajo y habrá que hacer algo... Hasta Mayo no tengo trabajo en mi pueblo y desde que se acabó la recogida de aceituna no he vuelto a trabajar y no están las cosas para andarse con cachondeos.
-Bueno mientras lo vallamos contando no vamos mal, le digo.
-Eso digo yo pero es complicado...
-¿Entonces, desde donde vienes?
-Desde.... (el pueblo no lo pongo ya sabeis que esto no lo lee casi nadie pero...) Andalucía, llevo como 15 días de camino, a dedo, así voy viendo el campo y hablo con la gente para ver si trabajo un día aquí, dos allí, lo que sea para ir cogiendo algo de dinero, el subsidio ese de subsistencia o no se como coño lo llaman ya se me ha terminado y bueno, a ver si llego a Tudela. Por aquí veo que de trabajar poco, mucho cereal y eso se apaña con maquinaria y poco mas.
-Joder no habias tardado menos en autobús o en tren?
-Si pero no hay dinero, mira donde vivo hay un 30% de paro y las cosas no están para muchas gracias, hasta para encontrar trabajo en el campo hay que tener enchufe y la gente que tiene un huerto si siembra patatas ya puede ponerlas un vigilante porque si nó no las cata.
-Lo pintas un poco negro; entonces se me ocurrió una pregunta un tanto curiosa, ¿donde duermes?.
-Llevo un saco.
-Como que llevas un saco...
-Si llevo un saco y donde me pilla duermo, unas veces debajo de un arbol y otras en la puerta o la entrada de la iglesia si encuentro al cura y me deja una manta, en alguna casa abandonadonada, en cualquier sitio... esta mañana salí de Guadalajara y tu eres el cuarto que me recoge y con lo tuyo llevaré unos 100 kilómetros.
-Ni que decir tiene que pensé en preguntarle que qué comía pero la verdad ya no me ví con animos. Seguimos con charla intrascendente así me enteré que tiene una hija con una peluquería que le llama casi todas las noches y le pregunta que si está bien y si trabaja y el siempre contesta: si estoy bien y voy encontrando trabajillos, como él me dijo, que le vas a decir a una hija para que no se preocupe...
-Lo dejé deseandole suerte y diciendole que en esa dirección a 5 kilómetros había un pueblo.
Allí le dejé con sus mochilas y yo me quedé muy revuelto por dentro.
Si estamos llegando a esto algo debe de estar muy mal...
Para reflexionar